¡Vamos a contar historias de terror!
Fecha transmisión: 9 de Noviembre de 2021
Valoración de la comunidad:
Última Actualización:
2 de Agosto de 2022 a las 14:59Aprendizaje esperado: Emplea referencias bibliográficas para ubicar fuentes de consulta.
Énfasis : Analizar la información y emplear el lenguaje para la toma de decisiones:
- Revisión de títulos y subtítulos
- Relación de las palabras clave con títulos y subtítulos.
¿Qué vamos a aprender?
Aprenderás a revisar los títulos, subtítulos y la relación que éstos tienen con las palabras clave para investigar un tema.
Para empezar a buscar información sobre un tema, lo primero es identificar qué quieres saber y dónde lo puedes encontrar, por esa razón, es importante que aprendas a localizar información en fuentes adecuadas.
Podrías consultar una enciclopedia temática, pero ¿Qué palabra buscarías ahí? para esto, debes determinar cuáles son las palabras clave que necesitas investigar.
Si tu tema es sólo una pequeña parte de uno más grande, ¿Cómo encontraras las palabras clave en un libro? puedes revisar el índice general, el sumario o la tabla de contenido.
https://libros.conaliteg.gob.mx/20/P5ESA.htm#page/39
¿Qué hacemos?
Hoy veremos un tema que es parte de la identidad de nuestro país y, desde luego, de la humanidad misma desde tiempos inmemoriales.
Vamos a conocer:
- ¿Cuál es el origen del día de muertos?
- ¿Por qué celebramos la muerte?
- ¿Cómo surgieron las ofrendas?
Utilizaremos el libro Leyendas mexicanas “ Leyendas del día de muertos”.
¿Cuál es el origen del día de muertos? ¿Cómo surgieron las ofrendas?
Origen del Día de Muertos.
Época prehispánica.
El Día de Muertos es una tradición mexicana de origen prehispánico, los días de fiesta principales son el 1 y 2 de noviembre, en ese periodo, muchas etnias mesoamericanas rendían culto a la muerte, entre ellas estaba la Mexica, cuyos dioses encargados de definir el destino de las ánimas eran Mictecacíhuatl y Mictlantecuhtli, ambos eran señores del Mictlán o “Lugar de los muertos”, sin embargo, para llegar aquí, las almas debían de lidiar y sortear una serie de obstáculos para poder conseguir el descanso eterno.
Mictlantecuhtli, dios del inframundo.
Para que las almas iniciaran el trayecto, los vivos se encargaban de acompañarlos en la distancia por medio de un ritual, iniciaba con la muerte de algún ser cercano, el deceso se anunciaba con gritos y llantos emitidos por las mujeres ancianas de la comunidad, después se amortajaba al difunto junto con todos sus objetos personales, posteriormente, el bulto o cuerpo era simbólicamente alimentado con los manjares más exquisitos, dentro de la visión prehispánica, el acto de morir era el comienzo de un viaje hacia el Mictlán, el reino de los muertos.
Las Ofrendas.
La tradición de colocar ofrendas a los difuntos proviene de la época prehispánica, en ellas se incluían objetos del agrado del fallecido y que habían sido utilizados por él, como vasijas, caracoles o adornos de obsidiana. En esos tiempos se realizaban los Tzompantlis, hileras de cráneos ensartados mediante perforaciones que habían pertenecido a las personas sacrificadas, en honor a los dioses, muerte que era considerada un privilegio.
El altar de muertos es un elemento fundamental en la celebración del Día de Muertos, los deudos tienen la creencia de que el espíritu de sus difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con la familia ese día, y así consolarlos y confrontarlos por la pérdida.
¿Cómo surgieron las ofrendas? proviene de la época prehispánica y en ellas se incluían objetos del fallecido e hileras de cráneos.
Y la respuesta a la última pregunta ¿Por qué celebramos la muerte?
La muerte.
Para los prehispánicos, el culto a los muertos era en sí mismo una celebración de la vida, la intención era sentir cerca a las personas que ya habían fallecido, el destino de éstos estaba en función de la manera en que habían muerto.
Ahora revisemos, en dónde buscamos las respuestas a nuestras preguntas.
¿Qué fue lo primero que revisamos?
El título del libro.
¿Qué otro aspecto del libro revisamos?
Los títulos y subtítulos.
Ahora ya sabemos otra manera de buscar información, no solo la podemos buscar por los títulos de los libros, sino también por los títulos y subtítulos que se encuentran en el índice, es un tema que ya vimos a profundidad en nuestras clases anteriores, ¿La recuerdas? cuando revisamos las partes de los libros.
El día de muertos es una tradición mexicana que involucra una gran celebración de la vida, como lo menciona el texto, y entre esas tradiciones surgieron las leyendas que, con el paso del tiempo, fueron adaptadas.
Lee la siguiente Leyenda:
Esto sucedió en el año de 1894, por allá de los días primero y dos de noviembre, eran días lluviosos con mucho viento y mucho frío, en un lugar llamado Amecameca, en ese lugar había pocas casas, pero muchos niños, en una de esas casas vivía nuestro personaje principal, un joven alto, fuerte de entre unos 30 a 35 años llamado Juan, vivía retirado del centro del pueblo y su casa era como una especie de cabaña, pues estaba hecha de pura madera; en ese lugar aún no había energía eléctrica ni gas, así que, para cocinar, Juan utilizaba leña y, para iluminar en la noche, utilizaba velas.
Juan acudía a trabajar al centro del pueblo y para llegar hasta allí lo tenía que hacer caminando, pues el único medio de transporte en ese entonces eran los caballos y las carretas.
Uno de esos días de los que ya te mencioné, Juan se levantó muy temprano para salir a trabajar y es ahí donde comenzó justamente esta historia. Cuando Juan se dirigía a su trabajo, eran como las 6:00 de la mañana, escuchó a lo lejos que se aproximaba una carreta, volteó y sorprendentemente vio que los caballos de la carreta se aproximaban muy rápido, y cuando él reaccionó, lo único que hizo fue aventarse al lado del camino para no ser arrollado, esto fue lo primero que le sucedió a Juan ese día.
Cuando terminó su jornada de trabajo y ya de regreso a su casa como a las 6:00 o 7:00 de la noche que comenzaba a oscurecer, Juan vio a lo lejos que, encima de su casa, había una especie como de nube negra, al llegar a su casa abrió la puerta, ingresó y lo primero que hizo fue encender una vela para iluminar su casa, cuando Juan se disponía a preparar sus alimentos, un fuerte viento abrió las ventanas, se escuchó un estruendoso ruido y se apagaron las velas, esto asustó demasiado a Juan, y aun estando a oscuras y con la poca luz que quedaba del día, Juan notó cómo por detrás de su puerta se escuchaban muchos ruidos extraños de pisadas, murmullos y risas, cuando Juan logró de nuevo encender sus velas, salió de inmediato a observar quién estaba afuera de su casa, y la sorpresa que se llevó fue que no había nadie, así que de nuevo entró a su casa y se dispuso a continuar preparando su cena; y, una vez terminada, escuchó cómo tocaban fuertemente a su puerta en tres ocasiones, él se levantó rápidamente de su silla y casi casi corriendo salió a ver quién llamaba a la puerta, sorprendentemente en el camino hacia la puerta nuevamente escuchó ruidos, murmullos, risas y muchas pisadas de forma acelerada, pero cuando se asomó, lo único que encontró fue un palito de madera y un charco de líquido rojo, como si fuera sangre, esto empezó a intimidar a Juan y comenzó a sentir mucho, mucho miedo, cuando se dirigía de regreso a su mesa, escuchó cómo un fuerte trueno caía cerca de su casa, en ese momento volvieron a tocar a su puerta, pero Juan con el miedo ya no acudió a abrir, lo único que hizo fue escuchar de nuevo mucho ruido (pisadas, risas murmullos y como si mucha gente estuviera afuera de su casa) de inmediato, Juan se dirigió a su cama a acostarse y taparse de pies a cabeza con sus cobijas, pues el miedo en ese momento ya lo había invadido de forma muy severa, es decir, tenía ¡mucho, mucho, miedo! después de algunos minutos, Juan logró conciliar el sueño, pero éste no le duraría mucho, pues casi a la media noche nuevamente escuchó que llamaban a su puerta y que tocaban muy fuerte en ella; Juan, destapándose la cara y apenas asomando la cabeza de entre las cobijas, se armó de valor y salió a investigar quién era, al ir camino hacia la puerta tropezó y cayó sin motivo alguno y de forma muy extraña, pero se incorporó y, al acercarse a la puerta, notó cómo había varias sombras del otro lado de ella, escuchó nuevamente los murmullos, las risas y los ruidos extraños, cuando se disponía a abrir la puerta, la fue abriendo poco a poco, y vio cómo dichas sombras desaparecían y que sólo una de ellas se quedaba ahí, pero esta sombra traía una especie de espada; en ese momento, Juan quiso cerrar la puerta, pero algo o alguien con mucha fuerza desde afuera logró abrirla, Juan dio un salto hacia atrás y estando muy asustado vio cómo de la puerta apareció una mano, de la cual escurría líquido rojo.
Juan, ya temblando de miedo y casi al punto del desmayo, vio cómo esa mano se acercaba poco a poco hasta él y, cuando ya estaba enfrente de su cara, Juan pensó que esto sería su fin.
Cuando, de repente, escuchó la voz inocente y misteriosa de un niño que decía: ¿No me da mi calaverita?
El personaje principal, Juan, estaba muy nervioso y pensaba solo en el miedo y eso hacía que se imaginara cosas de espíritus y fantasmas.
El Reto de Hoy:
Elige cualquier libro que tengas en casa y revísalo, elige un tema que te interese y escribe algunas preguntas sobre lo que quieres saber del tema y elige una fuente bibliográfica adicional, revisa los títulos y subtítulos del libro, si puedes leer en familia más leyendas o cuentos de terror para disfrutar.
Te invito a que leas: “ La casa embrujada”.
Junto a la escuela, está una casa, los que han vivido en ella dicen que está completamente embrujada.
Hace muchos años, una familia que vivía en esta casa de Soto la Marina se la pasaba siempre muy asustada porque los espíritus les jalaban los cabellos cuando cruzaban por el patio para ir al huerto o al baño, que no se encontraba dentro de la casa, al atravesar, noche a noche, les atemorizaba toparse con alguno de ellos.
En una ocasión, un trabajador de la casa al que le llamaban El Tortas, se encontraba cavando una zanja en el patio a altas horas de la noche, cuando, de repente, sintió que una mano le tocaba, primero, un hombro luego, la espalda y después, sin darse cuenta, lo jaló de la mano y lo lanzó dentro de la zanja, de la impresión, El Tortas ya no regresó a trabajar al día siguiente.
Los más viejos cuentan que, hace mucho tiempo, cuando ellos eran niños, en el terreno sobre el que se construyó esta casa había un panteón, y que debido a que los habitantes de la casa interrumpieron el descanso eterno de los difuntos al edificarla, sus almas rondan a los habitantes de la casa.
(Del libro Tradición oral, mitos y leyendas de Tamaulipas (2005), de Isabel Contreras. El Informante de esta leyenda fue: José Carmen Pilote Cortés).
Este tipo de textos nos lleva a imaginar el escenario de dónde y cómo se desarrollan las historias y eso hace que las recordemos fácilmente.
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