Contexto político internacional
Fecha transmisión: 13 de Julio de 2022
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Última Actualización:
2 de Agosto de 2022 a las 14:59Aprendizaje esperado: explica los cambios en la política exterior mexicana y sus problemas actuales.
Énfasis: explicar el impacto del fin de la guerra fría en México, los cambios en el activismo latinoamericano y la adopción de políticas multilaterales.
¿Qué vamos a aprender? 
Conocerás el impacto que tuvo en México el fin de la Guerra Fría, así como los cambios y propuestas que realizó el gobierno mexicano en el activismo latinoamericano y la adopción de las políticas multilaterales con las que nuestro país se conduce hoy día hacia el exterior.
Ten a la mano tu libro de texto, cuaderno u hojas blancas, lápiz o bolígrafo para registrar las ideas principales, las dudas y tus reflexiones sobre los temas, para que posteriormente puedas compartirlas con tus compañeros y profesores.
¿Qué hacemos?
Lee el siguiente fragmento del discurso “México ante el fin de la guerra fría” de José Ángel Gurría, secretario de Relaciones Exteriores durante la presidencia de Ernesto Zedillo.
“El fin de la guerra fría despertó expectativas sobre el establecimiento de un escenario mundial pacífico, que por sí solo alentaría el desarrollo de las naciones. La realidad ha demostrado ser mucho más compleja y en ella existen tanto grandes oportunidades de progreso y paz, como amenazas a la soberanía, la seguridad y la estabilidad de las naciones.
Ha disminuido el peligro de un conflicto nuclear generalizado, se ha dado cauce a la solución pacífica de diversas controversias regionales y se ha propiciado el fortalecimiento de los valores de la democracia, el respeto a los derechos humanos, la protección del medio ambiente y el libre intercambio de bienes y servicios.
Sin embargo, han emergido también grandes desafíos políticos: el renacimiento de viejos conflictos entre culturas, nacionalidades, grupos étnicos y religiosos; los enfrentamientos entre países y comunidades, derivados de la competencia abierta por los recursos, y el resurgimiento de pretensiones hegemónicas alentadas por el fin del equilibrio entre las superpotencias.
En este contexto de cambios y retos, el principal desafío para la política exterior de México es encontrar las respuestas que le permitan intensificar su vinculación y su influencia en el mundo, de forma que contribuyan a fortalecer la soberanía de nuestra nación y el bienestar de nuestra sociedad.
La soberanía es el valor esencial de la nación. (…) Hacia el exterior, significa la competencia del Estado mexicano para decidir de manera libre e independiente los destinos de la nación, en convivencia pacífica y ordenada con los demás miembros de la comunidad internacional. (…)
En este empeño, México cuenta con la guía de sus principios de política exterior, que (…) se basan en el respeto al derecho internacional y a nuestra tradición pacifista. Dichos principios seguirán siendo la norma fundamental para la defensa de los intereses nacionales”.
Reflexiona sobre las siguientes preguntas:
¿Cuáles crees que fueron los desafíos que surgieron en el mundo con el fin de la Guerra Fría?
¿Cuáles consideras que eran los principales problemas internos de México en ese momento?
Como has aprendido en las sesiones anteriores, después de la Segunda Guerra Mundial el mundo se dividió en dos bloques: el capitalista, encabezado por los Estados Unidos de América, y el socialista, liderado por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
A la carrera armamentista y a las tensiones entre ambos países se le denominó Guerra Fría. Sus orígenes fueron ideológicos, económicos y políticos; se le llamó así porque no se enfrentaron directamente las dos potencias, aunque sí intervinieron en otros conflictos, como la Guerra de Corea o la Guerra de Vietnam.
Observa la primera parte del video del inicio al minuto 05:59 donde el historiador Lorenzo Meyer habla acerca de la Guerra Fría y la repercusión en las relaciones entre Estados Unidos y nuestro país hasta los años sesenta.
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El México estable, autoritario y con crecimiento en un mundo dominado por la guerra fría
Las relaciones con Estados Unidos no han sido fáciles, pero México ha logrado mantener una independencia relativa.
A finales de los años setenta y principios de los ochenta, los gobiernos mexicano y estadunidense enfrentaron tensiones por los conflictos que asolaban a Centroamérica y el activismo adoptado por México a favor de la integración latinoamericana.
En esas décadas, las guerras civiles centroamericanas fueron noticia mundial. Entre las causas de su surgimiento sobresalían las condiciones de miseria en que vivían amplios sectores de la población, los abusos de poder de gobernantes y los grupos privilegiados, la falta de libertades políticas y la ausencia de respeto a los Derechos Humanos. En El Salvador y Guatemala los regímenes eran prácticamente dictaduras y Nicaragua estaba bajo la tiranía de la familia Somoza desde la década de los años 30.
Esta situación provocó que se organizaran movimientos armados inspirados en la Revolución Cubana, lo que alarmó al gobierno estadounidense y a las oligarquías regionales, pues, además de ver amenazados sus intereses económicos, temían que estas naciones formaran parte de la expansión internacional del socialismo. Por ello, se crearon grupos contrarrevolucionarios apoyados por la potencia del norte.
Por su parte, el gobierno de México abandonó paulatinamente el activismo latinoamericano adoptado por José López Portillo. Al comenzar la administración de Miguel de la Madrid, inició una campaña diplomática multilateral.
En 1983 los gobiernos de Colombia, Panamá y Venezuela atendieron al llamado de México e integraron el Grupo Contadora. Su objetivo era propiciar, mediante la negociación diplomática, la pacificación y la cooperación para su desarrollo; asimismo expresaron su preocupación y rechazo por la intromisión de intereses externos.
México mantuvo una política exterior para fomentar la acción colectiva en favor de la integración de América Latina. Esto fue interpretado por el vecino del norte como contrario a sus intereses, por ello promovió, a través de los medios de comunicación, una imagen negativa del gobierno mexicano y el Grupo Contadora.
A principios de 1984, dicho grupo consiguió que los países centroamericanos aprobaran el “Acuerdo de Paz de Esquipulas”, en el que se especificaban los mecanismos para lograr la paz. Sin embargo, hasta 1988 el gobierno sandinista de Nicaragua accedió a negociar una solución pacífica con la contrarrevolución.
La política exterior mexicana procuró mantener como base la doctrina Carranza, es decir, la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la igualdad jurídica de los Estados y la cooperación internacional para el desarrollo. Estos principios fueron elevados a rango constitucional, en 1988 mediante la reforma al artículo 89 de la Carta Magna.
En el siguiente sexenio, durante la presidencia de Carlos Salinas de Gortari, se continuó la política a favor del desarrollo de Centroamérica, así como la integración latinoamericana e iberoamericana. Un ejemplo de la diplomacia multilateral adoptada por México fue la primera Cumbre Iberoamericana, celebrada en Guadalajara, el año 1991.
Ahora observa la segunda parte del video del minuto 06:00 a 09:08 del historiador Lorenzo Meyer quien analiza la repercusión de la Guerra Fría en Centroamérica a partir de los años setenta y el tipo de relación que imperó entre Estados Unidos y México.
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El México estable, autoritario y con crecimiento en un mundo dominado por la guerra fría
Como se resalta en el video, la relación de México con Estados Unidos ha sido complicada pero nuestro país ha mantenido una independencia relativa y, es evidente que las tensiones entre ambos países se desprendían de la Guerra Fría.
Este conflicto llegó a su fin con la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989, aunado a la disolución de la Unión Soviética, el 5 de diciembre de 1991, y la posterior desintegración del bloque socialista, Estados Unidos de América se erigió como la potencia más poderosa del mundo. Esto aceleró el proceso de integración económica, política y cultural, llamado globalización.
Cabe mencionar que el fin del mundo bipolar coincidió con la administración de Salinas de Gortari. Éste continuó con la política económica acorde con el neoliberalismo y el proceso de globalización, iniciado por su antecesor, Miguel de la Madrid Hurtado, quien había impulsado la entrada de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) en 1986.
Nuestro país tuvo que adaptarse a los cambios políticos, económicos y culturales en el mundo provocados por el nuevo orden mundial. Por ello, buscó un acercamiento con Estados Unidos y otras potencias económicas. En los últimos años del siglo XX firmó una serie de tratados y acuerdos comerciales, tanto con los países latinoamericanos como con las naciones europeas y asiáticos.
Una de las primeras acciones del gobierno de Salinas de Gortari consistió en renegociar la deuda externa. Con el apoyo del gobierno estadounidense y amparado en el Plan Brady, logró reestructurar la deuda contraída con los bancos internacionales y así disminuir la transferencia de recursos al exterior.
La política exterior se orientó a cumplir los requerimientos de inversión y acceso a mercados de la nueva tendencia de desarrollo. En 1993, el gobierno mexicano se adhiere a la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE). Con ello esperaba aumentar su captación de inversión extranjera y tener acceso al financiamiento internacional.
Al ingresar a la OCDE, considerado el club de los países industrializados, México se vio obligado a renunciar al Grupo de los 77, que reunía a los países en desarrollo; lo que disgustó a algunos países latinoamericanos, porque reafirmaba la alineación de México a los intereses estadunidenses.
Posteriormente, México firmó el Tratado del Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) con Estados Unidos de América y Canadá.
Lo paradójico es que el mismo día que entró en vigor este acuerdo comercial, se levantó en armas el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en Chiapas, un levantamiento armado que mostró la desigualdad y el descontento de algunos sectores de la población en México.
Con el inicio de la alternancia política en el año 2000, el gobierno mexicano cambió su tradicional política de no intervención y se alineó cada vez más a la política estadounidense. Permitió la entrada de observadores de Derechos Humanos al país y exigió que el resto de las naciones lo hicieran, incluyendo a Cuba. Esto terminó con las buenas relaciones que sus antecesores habían mantenido con la isla durante la Guerra Fría.
En los siguientes años, se sumó a agendas internacionales dedicadas a temas como el medio ambiente y la democracia.
A lo largo de la sesión, has aprendido que el fin de la Guerra Fría impactó en todo el mundo y obviamente nuestro país no fue ajeno, por lo que el gobierno mexicano buscó adaptarse a las circunstancias internacionales.
México defendió por décadas la no intervención en asuntos de otros países y la autodeterminación de los pueblos. Por ello contribuyó a la pacificación de Centroamérica.
Sin embargo, se vio obligado a alinearse a la postura de los Estados Unidos de América para solucionar su deuda externa, ser acreedor a préstamos e incorporarse al comercio mundial.
El reto de hoy:
Se te propone un dilema relacionado con la política exterior de México. Deberás redactar un texto sobre la postura que adoptarías, si fueras parte del gobierno mexicano:
¿Crees que defenderías la unión de los países latinoamericanos o cederías ante las presiones estadunidenses? ¿Por qué?
Este tema lo podrás encontrar en tu libro de texto. También podrás consultar otras fuentes bibliográficas, digitales y audiovisuales que tengas a la mano.
¡Buen trabajo!
Gracias por tu esfuerzo.
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