Padecer y razonar

A raíz de un accidente sufrido por un primo pequeño de Luna, ella y Emiliano se preguntan sobre la relación entre las pasiones y la razón, y cómo es que las primeras (como el miedo y la necesidad de reconocimiento) a veces impiden a los individuos razonar con claridad. Luego, gracias a que se enteran de la alegoría del carro tirado por caballos, que Platón plantea en su diálogo titulado Fedro, Luna y Emiliano discuten sobre el papel que desempeñan tanto las pasiones como la razón en la vida humana y sobre la posibilidad de encontrar un equilibrio entre ellas que permita aprovechar las cosas buenas que ofrecen y evitar los daños de excederse en cualquiera de las dos.

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