La educación para la paz, una forma de aprender a convivir

promueve la postura no violenta ante los conflictos como un estilo de vida en las relaciones interpersonales y en la lucha social y política.

Fecha transmisión: 29 de Marzo de 2023

Valoración de la comunidad:

Última Actualización:

24 de Marzo de 2023 a las 16:28

 

La educación para la paz, una forma de aprender a convivir

Aprendizaje esperado: promueve la postura no violenta ante los conflictos como un estilo de vida en las relaciones interpersonales y en la lucha social y política.

Énfasis: educar para la paz desde la perspectiva de los derechos humanos.

¿Qué vamos a aprender?

En esta sesión, reflexionarás sobre la importancia de los principios de la educación para la paz, y su relación con los derechos humanos en el fomento de valores que permiten la solución de conflictos en distintos niveles de la convivencia, empleando métodos de la no violencia.

¿Qué hacemos?

Analiza la siguiente información.

La Organización de las Naciones Unidas señala que la cultura de paz está basada en el respeto de los derechos humanos, lo cual implica una serie de actitudes y comportamientos que rechazan la violencia.

Existe más de una forma de entender la paz. Todas las personas deseamos encontrarnos en ambientes libres de violencia, donde no existan guerras, peleas y que las familias y todas las personas vivan en armonía.

Ahora, cierra tus ojos y realiza un ejercicio de respiración: inhala profundamente y exhala lentamente, deja volar tu imaginación y reflexiona: ¿qué imaginas cuando piensas en la cultura de paz? Toma nota de lo que imaginaste, quizá fue un lugar con árboles grandes y aves surcando los cielos, o una familia reunida a la mesa, conviviendo y riendo a carcajadas.

La cultura de paz puede analizarse desde dos puntos de visita, por un lado, lo que se vive y aprende en casa y, por el otro, lo que se observa en el mundo, así como la forma de vivir y resolver los conflictos en otras partes del planeta. Ambas ayudan a construir la propia perspectiva acerca de cómo fomentar una cultura de paz.

Independientemente de cómo te imagines la paz, es necesario saber que existen dos tipos de paz: una negativa y otra positiva.

La paz negativa se define como la ausencia de conflictos bélicos. La paz se impone o se defiende mediante las armas y la guerra contra quienes no aceptan el orden establecido por un imperio, gobierno o dictadura militar.

Mientras que la paz positiva no se define por la ausencia de guerra o de conflictos, sino por la presencia de la justicia social y el bienestar, por la satisfacción de las necesidades básicas de todas las personas y grupos sociales, tanto en sentido espiritual como material. La paz es vista como un proceso, algo que hay que construir.

La cultura de paz se puede comprender de mejor manera si se considera como un proceso que seguimos todas y todos para lograr una convivencia armónica.

Reflexiona un momento: ¿qué haces en tu casa para resolver un conflicto?, ¿cómo vives la cultura de paz entre los integrantes de tu familia?

Imponer la paz en una sociedad a partir del miedo y la fuerza, impidiendo la libertad de expresión, de libre tránsito o la justicia social, son acciones que violentan los derechos humanos. Aunque su fin sea encontrar la paz, lo importante es hacerlo mediante actitudes no violentas.

Por otro lado, cuando se busca defender la justica, la libertad, la verdad y la vida, mediante acciones comunes que beneficien al grupo social o la comunidad, se estará fomentando una paz positiva.

Ahora, detente un momento y reflexiona: ¿por qué es importante defender en todo momento la justicia, la libertad, la verdad y la dignidad humana?, ¿qué relación tienen dichos conceptos con los derechos humanos?, ¿qué otras actitudes se pueden emprender para lograr una paz positiva? No olvides anotar las preguntas en tu libreta y darles respuesta una vez que concluya la sesión.

Es necesario reconocer que la paz positiva es un proceso en el que se construye paulatinamente la justicia en los distintos niveles de las relaciones humanas. En este proceso se afrontan y resuelven los conflictos de una forma no violenta. Tanto en la casa, como en la escuela y la sociedad, se debe aprender a respetar los derechos humanos y favorecer valores como los siguientes:

La fraternidad: fundamental para formar actitudes congruentes con el respeto a la dignidad de la persona.

La justicia: permite el ejercicio del poder y de la autoridad, con la participación en la toma de decisiones y con la creación y vigencia de leyes justas.

La libertad: este derecho se ejerce cuando se piensa por cuenta propia, manifestando ese pensamiento y actuando conforme a ello.

Por otro lado, también es importante defender:

La verdad: la cual se relaciona con la forma como habitualmente las personas se informan, se comunican y se expresan en los diferentes niveles de la convivencia social.

La dignidad humana: ya que resalta la importancia de que la vida de todo ser humano se dé en condiciones de dignidad, lo cual implica también la satisfacción de necesidades básicas y la eliminación de todo tipo de violencia hacia las personas y los pueblos.

Entonces, ¿qué relación guardan los derechos humanos con una paz positiva? La paz positiva permite que cada persona aprenda de los conflictos, enfrentando dicho problema, de tal manera que no se vulneren sus derechos humanos, así como los de nadie.

Recuerda que todo aprendizaje es un proceso y la habilidad para resolver los conflictos implica un proceso importante de aprendizaje.

Un conflicto no es malo, mientras que, durante el proceso de resolución se respete la libertad de expresión de las y los implicados y se opte siempre por la justicia social con miras a fomentar la fraternidad entre ambas partes.

Sin olvidar que, la verdad de nuestros argumentos siempre será la mejor herramienta que se puede utilizar para defendernos, porque hablará de nuestra integridad como seres humanos.

Antes de continuar, observa el siguiente video del minuto 10:20 a 12:00, para entender qué es la cultura de paz y cómo puede ayudar a resolver los conflictos que tenemos con las personas que nos rodean.

  1. Solidaridad, dignidad humana y cultura de paz.

https://youtu.be/rcjrMcp08NY?t=620

La cultura de paz es una nueva forma de vivir que permite superar diferencias en todos los grupos sociales en los que se participa. Estos cambios de comportamiento implican el fomento de diferentes valores, como el respeto, la justicia y la solidaridad. Además, permite prepararse para la vida activa mediante habilidades sociales como: el pensamiento crítico, la capacidad de tomar decisiones, la comunicación y la negociación.

No obstante, siempre habrá en el mundo personas, familias o gobiernos manejados por la violencia. Pero, no se trata de conseguir a ultranza la homogeneidad o la unanimidad, sino de crear una conciencia mayoritaria en favor de la paz.

Un ámbito de intervención fundamental para generar conciencia social es la educación. Por ello, tus profesoras y profesores pueden orientarte en los conflictos que se susciten en el aula y en la escuela. Por ejemplo, cuando se presenta una rencilla entre alumnas o alumnos, las maestras y maestros buscaban las medidas adecuadas para solucionar los conflictos. Aunque no es la única vía, sí es la que les compete.

Algunos de los principios de la educación para la paz son los siguientes.

Educar para la paz:

  • Supone enseñar y aprender a resolver los conflictos.
  • Es una forma particular de educar en valores
  • Es una educación desde y para la acción.

Como puedes observar, no es fácil educar para la paz, pero en conjunto: tus docentes, tu mamá, tu papá y la comunidad, así como con tu ayuda, se puede lograr.

Educar en valores es el primer paso y con la práctica de estos, se puede empezar a construir, entre niñas, niños y jóvenes, una cultura de paz.

Presta atención al siguiente video, donde conocerás la importancia de la solidaridad como vía de construcción para una cultura de paz. Observa del minuto 14:48 a 16:50.

  1. Necesito de los demás 2.
    https://youtu.be/rcjrMcp08NY?t=888
    El término “tequio”, deriva de la palabra en náhuatl “tequitl”, que significa trabajo o tributo, y ésta remite a una costumbre prehispánica que consistía en la cooperación en especie y trabajo de los miembros de una región para construir, reparar y preservar los alrededores, es decir, muchas manos trabajando bajo un mismo objetivo.
    De ahora en adelante, puedes usar la palabra tequio, como una expresión de solidaridad según los usos de cada pueblo y comunidad indígena.
    Reflexiona: ¿cómo debe ser una persona solidaria? Recuerda dar respuesta a todas las preguntas que han aparecido durante la sesión.
    La solidaridad como valor es fundamental para poder relacionarse con las y los demás, y permite entender sus necesidades a partir de respetar su dignidad humana, por ejemplo, cuando compartes tus alimentos con tus compañeras y compañeros en el receso o cuando ayudas en la elaboración del algún proyecto escolar, aunque no pertenezcas al equipo.
    Contribuir con las tareas domésticas es otro ejemplo, aprovechando que ahora te encuentras en casa, puedes colaborar manteniendo el orden en tu hogar. En fin, pueden existir bastos ejemplos de la solidaridad en los diferentes ámbitos donde se participa. En tu caso, ¿de qué manera practicas la solidaridad?
    A nivel mundial existieron personas que lucharon por el bienestar de las y los demás. Para conocer acerca de ello, observa el siguiente video del minuto 19:16 a 21:47.
  2. La humanidad busca paz.

https://youtu.be/rcjrMcp08NY?t=1156

Seguramente ya habías escuchado hablar del Dalai Lama, que es el título que reciben los líderes tibetanos. Ellos se han caracterizado por buscar la paz de sus pueblos y, como te pudiste dar cuenta, para conseguir la paz no sólo basta con tener la buena intención, es necesario llevarlo a la práctica desde nuestros mismos actos.

Antes de finalizar, recapitula. En esta sesión se explicó qué es la educación para la paz, destacando su relación con los derechos humanos, y que existe una cultura en valores que es importante mantener vinculados a nuestro actuar cotidiano. Además, aprendiste sobre la solidaridad como un conjunto de acciones que permiten ponderar el bien común entre las personas.

Has finalizado. Para profundizar en el tema, puedes consultar tu libro de texto y dialogar con tus familiares sobre la importancia de la solidaridad como valor fundamental en las relaciones socioafectivas, lo cual es necesario para dejar a un lado las actitudes y acciones violentas.

El reto de hoy:

Responde las siguientes y compleméntalas con una ilustración sobre cómo te imaginan la paz, puedes hacerlo con los materiales que tengas en casa. Asimismo, agrega otras ideas o acciones que puedas poner en práctica para fomentar una cultura de paz.

  • ¿Qué haces en tu casa para resolver un conflicto?
  • ¿Cómo viven la cultura de paz entre los integrantes de tu familia?
  • ¿Por qué es importante defender en todo momento la justicia, la libertad, la verdad y la vida?
  • ¿Qué relación tienen dichos conceptos con los derechos humanos?
  • ¿Qué otras actitudes se pueden emprender para lograr una paz positiva?
  • ¿Cómo es una persona solidaria?
  • ¿De qué manera practicas la solidaridad?

¡Buen trabajo!

Gracias por tu esfuerzo.

Para saber más:

Lecturas

https://www.conaliteg.sep.gob.mx/

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