Reinos indígenas antes de la Conquista II

conoce los grupos y señoríos indígenas que habitaban el actual territorio mexicano cuando llegaron los españoles.

Fecha transmisión: 6 de Marzo de 2023

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Última Actualización:

3 de Marzo de 2023 a las 13:34

 

Reinos indígenas antes de la Conquista II

Aprendizaje esperado: conoce los grupos y señoríos indígenas que habitaban el actual territorio mexicano cuando llegaron los españoles.

Énfasis: identificar a los purépechas y su frontera. Además, reconocer los señoríos de mixtecos y zapotecas en Oaxaca, así como las campañas militares de los mexicas en ese estado.

¿Qué vamos a aprender?

En esta sesión, estudiarás sobre las características generales de los purépechas, quienes establecieron un imperio en el actual Michoacán y nunca pudieron ser derrotados debido a su frontera impenetrable. Asimismo, conocerás sobre los zapotecas y los mixtecos en Oaxaca, y cómo fueron conquistados por los mexicas.

¿Qué hacemos?

Para iniciar, lee el siguiente texto titulado “Los Tarascos”, de la doctora en historia Claudia Espejel Carbajal, contenido en la obra Historia Documental de México 1, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, en el que se aborda, a grandes rasgos, aspectos de la cultura purépecha o Tarasca.

Los Tarascos

En el momento de la conquista española, buena parte del actual estado de Michoacán estaba ocupada por el imperio tarasco, entidad política gobernada por el cazonci, especie de rey que residía en Tzintzuntzan, en la ribera oriental del lago de Pátzcuaro. Sus dominios se extendían hasta el río Lerma en el norte y hasta los ríos Balsas y Tepalcatepec en el sur; hacia el poniente llegaban hasta la cuenca de Sayula, en el actual Jalisco, y el límite oriental, colindante con el territorio dominado por los mexicanos, coincidía con la frontera actual entre Michoacán y el Estado de México y al sureste con la de Guerrero. La unificación política de este amplio territorio, iniciada aproximadamente entre los años 1400 y 1450 de nuestra era, se logró mediante las guerras de conquista emprendidas por un grupo de gente que se había asentado poco tiempo antes en los alrededores del lago de Pátzcuaro.

La procedencia exacta de este grupo se desconoce, pero al parecer llegaron del norte hacia el año 1200 en uno de los tantos movimientos migratorios de "chichimecas" que caracterizaron el periodo Postclásico de la historia prehispánica. Aparentemente, como los mexicas, fueron el último grupo de inmigrantes y, de hecho, en la tradición histórica del altiplano central se consideraba que los tarascos eran una de las tribus venidas de las míticas Siete Cuevas junto con los mexicas. Desde su arribo a tierras michoacanas, este grupo de chichimecas convivió con los pueblos asentados previamente en la región, algunos de los cuales eran hablantes del náhuatl y otros hablantes de su misma lengua, es decir del tarasco o purépecha que hasta el momento no ha podido emparentarse con ninguna otra lengua mesoamericana. Todos ellos eran pueblos agrícolas, organizados en señoríos o cacicazgos hasta entonces independientes, herederos de una tradición cultural que durante siglos se había desarrollado en tierras michoacanas.

Hasta el momento no se ha comprobado la existencia de escritura entre los tarascos, sin embargo, los lienzos y pinturas elaborados por los pueblos indígenas de Michoacán durante la época colonial, hacen pensar que pudo existir algún tipo de escritura pictográfica desde tiempos prehispánicos y que ésta se utilizaba para registrar acontecimientos históricos. En el Lienzo de Jucutacato, por ejemplo, pintura elaborada del siglo XVI combinada con glosas escritas en náhuatl con el alfabeto latino, se representa una peregrinación de grupos nahuas desde la costa del golfo de México hasta las minas de cobre michoacanas sucedida en tiempos prehispánicos. Asimismo, en el llamado Códice Plancarte -texto indígena escrito en castellano que, junto con dos pinturas y otros textos, todos del siglo XVII, forma parte de los títulos primordiales del pueblo de Carapan- se hace referencia a los reyes tarascos que fundaron el pueblo y a otros acontecimientos históricos de la época prehispánica.

De lo que no hay duda es de que los tarascos preservaron y transmitieron su memoria histórica de manera oral, pues se sabe que anualmente, en ocasión de la fiesta llamada Equata Cónsquaro, un numeroso público reunido en la plaza de Tzintzuntzan escuchaba durante varias horas la historia de sus antepasados narrada por el sacerdote mayor. Afortunadamente el contenido de este largo relato ha llegado hasta nosotros gracias a que fue consignado por escrito, hacia 1540, en la Relación de las ceremonias y ritos y población y gobernación de los indios de la provincia de Michoacán hecha al ilustrísimo señor don Antonio de Mendoza, virrey y gobernador de esta Nueva España por su majestad, documento atribuido al franciscano fray Jerónimo de Alcalá y conocido en la actualidad simplemente como La Relación de Michoacán.

Los Tarascos

Historia Documental de México 1

Claudia Espejel Carbajal

Los purépechas prehispánicos fueron un pueblo guerrero que se asentó principalmente en las orillas de los lagos de Pátzcuaro y Cuitzeo, en el actual Estado de Michoacán, y algunas partes de Jalisco y Guanajuato. Los orígenes de esta civilización son del todo inciertos debido a que proceden de una familia lingüística propia sin ninguna relación con otra de Mesoamérica. Algunas teorías señalan que, es posible que su origen se encuentre en Sudamérica, región con la que comparten algunos rasgos culturales como la elaboración de objetos de metal (en específico el cobre) y las tumbas de tiro, consistentes en bóvedas subterráneas a las que se accedía mediante pozos donde se colocaban a los difuntos con sus ofrendas.

Durante el Posclásico tardío, los purépechas lograron crear un imperio dentro de la región del occidente en el que, las ciudades de Ihuatzio, Pátzcuaro y Tzintzuntzan fungieron como las principales capitales de los Tarascos, nombre con el que también se conocía a los purépechas.

La creación del Imperio purépecha se inició con las campañas militares realizadas por el gobernante de Pátzcuaro llamado Tariácuri, quien colocó a sus sobrinos Hirepan y Tangaxoan como gobernantes de Ihuatzio y Tzintzuntzan, respectivamente. Al morir Tariácuri, Hiquingaje, su hijo, tomó el control de Pátzcuaro y fue finalmente Tangaxoan quien unificó al imperio poniendo como capital principal a la ciudad de Tzintzuntzan.

El dominio de los purépechas en el occidente abarcó mayoritariamente los territorios del actual estado de Michoacán y partes de Jalisco, Colima, Guanajuato y Guerrero, donde originalmente se hallaban otros pueblos como los matlatzincas o pirindas, otomíes, mazahuas y algunos de habla náhuatl. El principal tributo que recibían los purépechas de estos pueblos fue principalmente el de integrarse como soldados dentro del ejército, ya que los purépechas les permitieron a estos pueblos el mantener sus costumbres y establecerse en sus lugares de origen a cambio de participar en otras campañas militares y combatir a invasores en sus fronteras, como ocurría con los mexicas.

Los purépechas tenían una sociedad estratificada donde se encontraba la clase privilegiada conformada por gobernantes llamados cazonci, la nobleza conformados por los acháecha y el sacerdote principal llamado petámuti.

La clase no privilegiada la conformaban campesinos, pescadores, artesanos y comerciantes, así como prisioneros de guerra que eran comúnmente sacrificados.

Entre los purépechas destacó el desarrollo del arte plumario, pues ellos hacían con plumas preciosas tocados, mosaicos, abanicos, entre otros objetos. También fue notable la elaboración de objetos de cobre, como cascabeles, hachas y máscaras, convirtiéndose así en una de las principales culturas mesoamericanas en practicar la metalurgia.

La tradición del trabajo artesanal del cobre en la región purépecha ha llegado hasta nuestros días, pues en la actualidad es una característica de pueblos como el de Santa Clara del Cobre en el estado de Michoacán.

Los purépechas prehispánicos eran politeístas, sus principales dioses fueron Curicaueri, dios de la guerra, Cuerauaperi, diosa de la tierra y madre de los dioses y Xaratanga, la diosa representada como la Luna Nueva.

La arquitectura entre los purépechas es algo muy particular, pues destacan las llamadas yácatas, edificios semicirculares adosados a otro de forma rectangular, las cuales se pueden hallar en la actual zona arqueológica de Tzintzuntzan e Ihuatzio.

A continuación, observa el siguiente video que habla de esta capital purépecha.

  1. Tzintzuntzan.

https://www.youtube.com/watch?v=D6-YiUAsvvM&feature=youtu.be

Mientras los purépechas y los mexicas se alzaban como los dos principales imperios en Mesoamérica, en el área de Oaxaca habían surgido diversos señoríos independientes con una gran diversidad de lenguas como el popoloca, mazateco, huave, cuicateco, chinanteco, mixe, y otras más. Sin embargo, quienes tuvieron mayor influencia en la región fueron los zapotecas y los mixtecas.

Los zapotecas durante el inicio del posclásico habían abandonado Monte Albán tras su ocaso hacia el año 800-900 aproximadamente, por lo que, buscaron establecerse en otras zonas de los valles centrales de Oaxaca, fundando señoríos como el de Zaachila, Mitla, Yagul, Lambityeco, entre otros. Dichos señoríos eran independientes y tenían sometidos a unos cuantos pueblos aledaños a ellos, ya sea militarmente o por alianzas matrimoniales.

Tras la llegada de grupos mixtecos a los valles centrales, los zapotecas también realizaron alianzas con ellos y en algunos otros casos hubo enfrentamientos. Ejemplos de posibles alianzas, se pueden ver en los propios códices mixtecos, donde se representa al linaje de Zaachila, sitio zapoteco que también recibió influencia mixteca.

La influencia de los mixtecos durante el posclásico en los valles centrales fue tanta que, de un modo u otro, desplazaron a los zapotecas, quienes fundaron nuevos señoríos en la región del Istmo de Tehuantepec, como el de Guiengola y Tehuantepec. Algunos señoríos zapotecas fueron conquistados por los mexicas y otros se mantuvieron como sus aliados.

La otra cultura predominante de Oaxaca fue la mixteca, una civilización que se desarrolló en tres áreas geográficas denominadas como:

  1. La mixteca baja: que abarca parte del norte de Oaxaca y el sur de Puebla. Su clima es predominantemente cálido.
  2. La mixteca alta: que recibe este nombre debido a las zonas montañosas con elevaciones de más de 2,000 msnm. El clima de esta región es mayoritariamente templado.
  3. La mixteca de la costa: el cual abarca la costa del pacífico de Oaxaca y partes de Guerrero, zona caracterizada por un clima tropical.
    Los mixtecos se caracterizaron por ser una sociedad estratificada, donde la clase privilegiada la conformaba la nobleza, siendo el rey o yya, junto a su esposa, la reina o yya dzehe, las figuras principales. Debajo de los reyes estaban sus 4 consejeros, que los auxiliaban en asuntos de gobierno y de índole militar. También eran importantes los sacerdotes en esta clase social.
    La nobleza mixteca vivía en grandes palacios, los cuales eran la cabecera de un señorío llamado en mixteco yuhuitayu y tenían sometidos a otros pueblos por alianzas matrimoniales o por conquista.
    La clase no privilegiada la conformaban los llamados comuneros o campesinos, los cuales podían ser libres o siervos. Los comuneros libres podían cultivar las tierras dentro del yuhuitayu, siempre y cuando pagaran tributo y realizaran servicios para el yya. Por su parte, los siervos, no pagaban tributos, pero estaban obligados a trabajar las tierras del yya.
    Los comuneros vivían en barrios, llamados siqui en mixteco, que consistían en grupos de casas de uno o dos cuartos en las que vivía una familia por cada casa.
    En los yuhuitayu mixtecos existió el culto a dioses patronos, pero por toda la mixteca se practicaba el culto a “9 Viento”, como nombraban a un dios semejante a Quetzalcóatl y también a Dzahui, otra deidad semejante a Tlaloc, dios de la lluvia; esos eran los dioses más adorados en la región.
    Los mixtecos eran excelentes orfebres, practicaban la metalurgia para elaborar joyería, particularmente de oro y plata. Restos de estos objetos fueron hallados en la tumba 7, de Monte Albán, la cual se cree que originalmente fue una tumba zapoteca reocupada posteriormente por los mixtecos. Dicha tumba fue explorada por el arqueólogo mexicano Alfonso Caso, lo que representó un hallazgo histórico conocido a nivel mundial.
    Los mixtecos son responsables de la elaboración de una serie de códices de gran valor artístico, histórico y religioso, los cuales se elaboraban comúnmente en piel de venado y eran guardados en forma de acordeón. En ellos, se puede conocer la historia de los linajes de los gobernantes mixtecos, así como diversos aspectos de su mitología, religión y la ubicación de los señoríos del posclásico en la región.
    En la actualidad, sólo se conocen seis códices mixtecos, estos son:
    1. El códice Vindobonensis.
    2. El Códice Nutall.

3 y 4) El Códice Colmbino-Becker I, que está separado en dos partes y sólo una se localiza en México.

5) El códice Bodley.

6) El códice Selden.

Los códices mixtecos poseen un estilo artístico denominado Mixteca-Puebla, el cual no sólo se puede encontrar en estos documentos manuscritos, sino también en la cerámica y la joyería.

Durante el periodo posclásico, los mixtecos comenzaron a fundar señoríos como Coixtlahuaca, Teposcolula y Yanhuitlan, siendo Tilantongo y Tututepec, los más importantes. Fue en Tilantongo donde surgió un héroe cultural denominado como el “Señor 8 venado garra de jaguar” quien, después de convertirse en el líder de este señorío, se trasladó a Tututepec en la mixteca de la Costa, donde sometió a otros pueblos creando un reino mixteco; tras su muerte, este reino se disgregó en señoríos independientes.

Posterior a este gran reino mixteco, esta cultura avanzó de las mixtecas hacia los valles centrales, donde se localizaban los zapotecas con quienes, sostuvieron alianzas matrimoniales y algunos conflictos militares, lo que ha llevado a algunos investigadores a sostener que en realidad no hubo en Oaxaca una división tajante entre Zapotecos y Mixtecos.

Así, hacia el final del posclásico tardío, muchos de estos yuhuitayu, particularmente los de la Mixteca baja y alta, fueron sometidos por los mexicas.

Ahora, presta atención al siguiente video donde observarás objetos arqueológicos zapotecos y mixtecos.

  1. Sala de Culturas de Oaxaca – Museo Nacional de Antropología.

https://www.youtube.com/watch?v=_HrkZ3RXUHY&feature=youtu.be

Ya que conoces sobre los Purépechas y Mixtecas ¿cómo fue su relación con los mexicas?

En la historia de los mexicas, tras su unión con Tacuba y Texcoco lo que se denominó la Triple Alianza, realizaron desde 1434 hasta 1519 una serie de conquistas para obtener productos que no se podían encontrar en la Cuenca de México, a través de los tributos, que se conseguían sometiendo a otros pueblos que sí contaban con recursos como: cacao, algodón, mantas, plumas de aves preciosas, ámbar, oro, productos del mar, entre muchos más.

Los mexicas realizaron incursiones militares en el occidente, donde enfrentaron al poderoso ejército de los purépechas, principalmente en Taximaroa, actual Ciudad Hidalgo en Michoacán, donde el ejército mexica, enviado por el Huey Tlatoani Axayácatl —con motivos de estrenar una piedra “que era semejanza del sol” y también para “ensangrentar su templo con la sangre de aquellas naciones”— tomó la ciudad, la cual fue recuperada posteriormente por los purépechas causando un gran número de bajas entre los mexicas.

Este primer enfrentamiento entre purépechas y mexicas golpeó el orgullo de la nobleza de Tenochtitlan, la cual no olvidó esta derrota por lo que años más tarde, cuando Moctezuma II era Huey Tlatoani, organizó otra incursión al occidente con el mando de uno de los guerreros más famosos del posclásico llamado Tlahuicole, un guerrero de origen tlaxcalteca capturado por los mexicas. El resultado fue nuevamente la derrota por parte de los mexicas los cuales, aunque causaron muchas bajas entre los purépechas, no pudieron acceder a territorio michoacano.

Se cree que las victorias obtenidas por los purépechas se debieron a la superioridad de armas, entre las cuales existían algunas con incrustaciones de cobre para herir a sus enemigos. Lo que sí es un hecho, es que eran muy diestros en el uso del arco y la flecha, armas que eran de larga distancia.

También es probable que lo intrincado de la geografía en el occidente, haya favorecido a los purépechas que conocían su territorio y lo usaban contra sus enemigos.

El caso de las incursiones mexicas a Oaxaca fue distinto, pues la Triple Alianza logró conquistar gran parte de los señoríos zapotecos y mixtecos de los valles centrales de Oaxaca y otros señoríos mixtecos como Coixtlahuaca y Tilantongo. De hecho, el nombre de Oaxaca procede del náhuatl Huaxyacac, que significa “en la nariz o cima de los huajes” y fue impuesto por los mexicas tras su conquista. Los señoríos mixtecos que no pudieron ser conquistados por los mexicas, fueron los de Tututepec, ubicados en la Mixteca de la costa.

La región de Oaxaca siempre fue un lugar estratégico para el intercambio comercial entre las regiones del Soconusco, actual Chiapas, y el centro de México, pues era un lugar de paso. Esto les permitía a los mexicas obtener cacao de esa región. De esta manera, quedaba por conquistar la región de Tehuantepec para afianzar ese paso comercial. El principal líder zapoteca de la región llamado Cocijoeza, solicitó apoyo a algunos señoríos mixtecos para defenderse de la invasión de los mexicas. El resultado fue la derrota del ejército mexica, que fue enviado por el Huey Tlaoani Ahuizotl. Para solucionar este conflicto, Ahuizotl envió a su hija a casarse con el hijo de Cosijoeza convirtiéndose así en aliados.

Los mexicas obtenían como tributo de la región de Oaxaca mantas bordadas de algodón en colores, grana cochinilla, plumas preciosas, trajes para guerreros, piedras verdes para collares y, sobre todo, oro, como lo consigna el códice Mendoza en la donde se puede observar el topónimo de Oaxaca.

Las cargas tributarias impuestas por la Triple Alianza le valieron a los mexicas el odio generalizado de los pueblos sometidos en gran parte Mesoamérica.

Conforme fue creciendo el poder de la Triple Alianza, todo el mecanismo de recolección, transporte y almacenamiento de tributos requirió de un grupo creciente de funcionarios, cobradores, administradores y custodios, para una mayor organización y eficacia. Es por ello que, en las ciudades conquistadas, como el caso de Oaxaca, tuvieran guarniciones mexicas para proteger las fronteras del imperio.

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